El 31 de octubre de 1517 Martín Lutero clavó en las puertas de la catedral de Wittenberg en Alemania 95 tesis en las que criticaba abiertamente las ventas de indulgencias de la iglesia católica romana. Lutero inicialmente no tenía la intención de romper con la iglesia romana sino enfatizar la supremacía del evangelio basada en su simplicidad y a la vez en su gran profundidad. El evangelio o las buenas noticias de la salvación en Cristo es el fundamento esencial de la fe cristiana y desgraciadamente se había pervertido convirtiéndose en una práctica totalmente ajena a su esencia. De manera que, las indulgencias eran una distorsión absoluta del evangelio y, por lo tanto, dignas de ser repudiadas con severidad. Como resultado de esta acción, Lutero inició el movimiento conocido como la Reforma Protestante y cada 31 de octubre se conmemora como el Día de la Reforma.
La importancia central de la reforma fue recobrar el sentido original y central del evangelio. La salvación que Dios ofrece a través de Jesucristo no es producto de una religión o esfuerzos humanos. Cualquier práctica religiosa que se aleje del verdadero significado del evangelio es una afrenta a Cristo. Por lo tanto, era y es imprescindible definir claramente qué es el evangelio y cuál la base del cristianismo. Las siguientes expresiones latinas lo hacen magistralmente: Sola Gratia, Sola Fide, Sola Scriptura, Solus Christus.
Sola Gratia enfatiza que la salvación es solamente por la gracia de Dios y no se obtiene por méritos humanos (Efesios 2:8-9). La gracia divina es un regalo totalmente inmerecido y la marca central del cristianismo. El favor de Dios se obtiene totalmente por la iniciativa del Creador y no por nuestros méritos. Sola Fide resalta que la salvación se obtiene única y exclusivamente por la fe en Cristo. A pesar de ser pecadores, somos declarados justos por el sacrificio vicario de Cristo y nosotros recibimos la salvación por la fe y no por nuestras obras (Rom. 5:1). Sola Scriptura destaca que las Sagradas Escrituras son la única fuente de fe y conducta para los cristianos (2 Tim. 3:16-17). La Biblia y no el magisterio de una iglesia es la que rige nuestra fe cristiana. Solus Christus hace énfasis en que Cristo es el fundamento de todo lo que somos y solamente a Él debemos adorar y servir (1 Tim. 2:5-6).
En la época de Lutero al igual que en la nuestra, era muy común que la religión opacara y distorsionara el evangelio. El verdadero cristianismo no está basado en enseñanzas humanas sino divinas. Las expresiones Sola Gratia, Sola Fide, Sola Scriptura y Solus Christus nos recuerdan lo esencial de nuestra fe y deberían ser una guía para nuestras vidas. Tristemente es muy común que una fecha tan especial como el 31 de octubre pase desapercibida y de esta manera desperdiciamos una excelente oportunidad para recordar y anunciar qué es el único evangelio. El sacrificio que otros hicieron por proclamar y resguardar nuestra fe se minimiza y se olvida con facilidad. Lo animo a que encuentre maneras para celebrar el rescate de la pureza del evangelio a través de la Reforma. Si usted es pastor puede dedicar el mensaje dominical cercano a esta fecha para explicar y enseñar el significado del evangelio y cómo los reformadores lucharon por él. En casa podría leer en familia la biografía de algunos de los reformadores. Esta fecha también nos da la oportunidad para compartir con quienes nos rodean la sencillez y pureza del evangelio.
El propósito de la Reforma es exaltar solamente a Dios. ¿De qué maneras podemos glorificar a Cristo al anunciar el auténtico evangelio a los demás?